viernes, 12 de abril de 2013

Ciudad Empapelada: Critica a Ciudad Abandonada en el Fondo de mi Corazón de Laura Antillano.



Con el tiempo he aprendido a no juzgar un libro por la portada, algo que no me ha resultado muy fácil pero continuó intentándolo. Debo confesar que este libro llego a mis manos producto de su portada. La melancólica ilustración del libro por la gente de Monte Ávila Editores con una fotografía de Nicole Mijares fue el imán que me atrajo a leer esta obra de Laura Antillano. Debo confesar que si bien me desilusionó la falta completa de melancolía del texto en relación a la portada fue gracias a este libro que volvía a querer, o a creer, en la literatura contemporánea en Venezuela. Esa melancolía que se aprecia en la portada y se aferra a la frase que lo intitula es solo una invocación  a una frase del celebre Aquiles Nazoa.

Desde un principio Laura nos traslada a una Caracas ochentena de la cual hoy solo nos es difícil evocar su cultura, ya que la arquitectura prominente de  esa época esta diseminada evidentemente por toda la ciudad. Al adentrarnos en el texto comprendemos que la ciudad no tiene mucho que ver en esta historia, quedando relegada a eventos dispersos de la misma, son las crisis sociales y las políticas de gobierno de entonces las que marcan los ritmos urbanos en el texto.

Una serie de personajes inconexos son forzosamente vinculados por una cotidianidad dada en un espacio determinado, estos diversos personajes son el móvil usados por la autora para lograr describir su perspectiva sobre aquella época en la que arribaba a una treintena de años y que recuerda sagazmente.

Si bien es un libro fácil de leer el mismo llega a carecer de cierto sentido tal vez por el hecho primario de carecer de una trama central que le pueda servir como columna vertebral a texto. La historia que innegablemente representa los puntos álgidos de la trama y que mejor logra captar la atención es la de Julieta y Conrado, resultando muchas veces opacada por la sufrida María y su triangulo de amor y desdicha. Como todas las novelas suelen tener existen espacios donde la descripción de ciertos elementos resulta abrumadora y fuera de contextos, imposibilitando cualquier posibilidad de unir estos con el texto, sobre todo con la presencia de varias historias abriéndose espacio al mismo tiempo.

Los protagonistas resultan interesantes, bien sea por el hecho de lo cotidiano de sus acciones o por las profundidades de las emociones que guían sus acciones. La ciudad queda relegada a un espacio comercial donde hacen vida  con la misma intermitencia personajes principales y secundarios. La ciudad queda empapelada en palabras que marcan emociones y vivencias de la autora, reflejando en las pupilas de estos personajes que de seguro formaron parte de la fauna reinante en la vida ochentera de la escritora, un reflejo en donde quedaron fuera otras caras de la Caracas de aquella época, no sabemos si por falta de vivencia de las mismas o por una omisión intencionada.

Al final del texto se puede apreciar un dejo de novela histórica, si bien trató de llevarse a lo largo de toda la obra no se pudo cuajar consistentemente, condensando esto para el final tal como un vaso de avena en el cual los grumos grandes y pastosos se asientan al fondo del vaso y no se pueden tragar fácilmente.

En resumen se puede describir como una obra fresca donde se percibe la madurez de la autora en una reminiscencia políticamente correcta con un texto orgasmicamente femenino que te lleva de la mano a lo largo de una historia con pocos sobresaltos y reveses, algunos hasta evidentes, pero que presenta una marcada diferencia dentro de la actual movida literaria.

C.L.V. -1.2

Próxima Entrada: Palabras Fantasmagóricas: Crítica a El Último Fantasma de Eduardo Liendo.

viernes, 5 de abril de 2013

L de Literatura



Al igual que el personaje de comics-novela gráfica-películaV de Vendetta”, V con su máscara a lo Guy Fawkes, este blog servirá como un antifaz para un luchador entregado a la tarea épica de traer de nuevo a la vida el movimiento crítico literario en Venezuela. Sería muy egocéntrico decir que soy el único abanderado en esta lucha porque no lo es así, tal vez solo soy un humilde servidor que solo espera encargarse de aplanar el terreno de lo que será un espacio donde establecer un debate justo, sano y enriquecedor sobre las perspectivas de la literatura venezolana en el siglo XXI.

La crítica como tal, no importa la materia que esta aborde, siempre ha sido mal vista, inclusive estigmatizada. Si algún escritor llegase a escuchar la palabra “crítica” aunada a la frase “tu trabajo” toma una posición de terror y escándalo solo semejante a la de los chicos frente a una inyección; salen despavoridos a ponerse a salvo y escapar de aquel insufrible dolor. Pero al igual que las inyecciones son necesarias para contrarrestar o evitar enfermedades, la crítica debe existir con la finalidad de tener una buena y sana literatura, y al parecer aquí en Venezuela hace falta una buena dosis de esta.

No siempre la crítica debe ser adversa, pero si debe ser tan efectiva como la favorable. No siempre que se critica un libro se esta censurando la lectura del mismo. La critica literaria es en sí misma una apreciación de un texto, un juicio sobre lo expresado en el mismo o lo recibido a través de él, lo que entendimos por medio de este leguaje único y propio que nos ofrece el escritor.

Tal vez se pregunte usted querido lector, si es que lo hubiese, cuales son las cualidades o acreditaciones que me colocan en la posición de juzgar de tal o cual forma una obra. Mi respuesta más sincera y personal a tal respecto sería decir que por el hecho de que soy un lector.  No seré el más grande y quizás tampoco el mejor, pero si uno muy asiduo, uno que desea compartir su experiencia, ponerla a la luz, hacerla explícita y permitir el análisis y discusión sobre la misma. Antonio Alatorre en sus Ensayos sobre la Crítica Literaria señala que la frontera entre crítico y lector no existe ya que esta es invisible. En cualquier opinión, sea literaria o de arte en general, no existe una vara de medir objetiva. Toda crítica es subjetiva, ya que esta es la respuesta a una experiencia muy personal. La lectura es tan íntima como un lunar, un sueño o una fantasía. El punto final de todo texto señala el fin de la tarea del escritor, pero la de un lector nunca termina allí. La tarea de un lector puede durar siglos, para eso se nos entregó esta lectura.

Como señalé antes este blog pretende ser un espacio abierto al debate y la buena crítica, a estimular y desarrollar este hábito, a hacer crecer este instinto de análisis y dejar de hojear libros para decir que pasó por nuestras manos y empezar a absorber sus palabras para sentir que pasó por nuestras manos.

Estamos ante el despertar de de la sensibilidad en materia literaria en el país. Hoy en día se producen más obras que hace un par de décadas atrás, pero “más” no necesariamente tiene que ser “mejor”. Rafael Vitorino Muñoz apunta que pocos críticos se comprometen a ser verdaderamente realistas elogiando lo que realmente merece elogio paro también estando dispuestos a plantear una postura seria, a comprometerse, a no preocuparse por herir alguna sensibilidad.

Para despedirme adaptaré una frase de V muy apropiada para este momento “ Este Blog se lo dedico a la Señora Crítica en honor a las vacaciones que parece que se esta tomando”.

C.L.V. -1.1

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